Tras tres meses de insurección con actividades paralelas entre charlas, conversatorios, ciclo de cine, performances sonoros, acciones teatrales y recital de poesía, cesa la exhibición este sábado 18 de enero de 2020, a las 5 pm, en el Centro de Estudios Latinoamericanos (Fundación Celarg) en Altamira, lo que ha sido la inédita y controversial Expo Salón Independiente 2019: El Otro Rock, Poesía, Arte y Existencialismo, en el marco de la IV (s) edición de EL OTRO ROCK FESTIVAL.
Por primera vez en Venezuela, disímiles expresiones artísticas de nuestro país se conectaron con la manifestación contracultural más transgresora del siglo XX, se presentaron “las huellas del punk & post punk en el arte contemporáneo venezolano a la luz del existencialismo”.
Expo Salón Independiente cesa este sábado
Su fachada es la preciosa fotografía de Reverón con los ojos cerrados cruzado por el rayo de David Bowie, imagen que describe de forma perfecta el objeto de la curaduría, que resultó de lectura poco complaciente, invitándonos a la deliberación y a la búsqueda filosófica de esos vestigios.
Para muchos algo que se necesitaba en las salas para romper paradigmas tediosos y cuadrados de montajes, para otros ha sido una blasfemia, un improperio, un acto de provocación, algunos sólo advirtieron lo obvio. Hubo quienes nunca entendieron lo que acontecía allí y los curiosos no faltaron. Lo cierto es que despertó el monstruo de lo disímil, lo anómalo, lo ilícito, lo aberrante, lo estrafalario, lo grotesco, pero sobretodo lo inconcebible. Como dijo alguna vez Unamuno: MI OBJETIVO ES AGITAR Y MOLESTAR A LA GENTE, y podríamos dar como respuesta: ¡Así es el punk!
Más de 30 artistas en Expo Salón Independiente y más de un centenar de obras junto a beligerantes propuestas sonoras, performáticas y poéticas, conmemorando 45 años del estallido del movimiento punk en el mundo, bajo el espíritu del pensamiento del gran intelectual venezolano Rómulo Gallegos: “Yo escribí mis libros con el oído puesto sobre las palpitaciones de la angustia venezolana.”
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En un país tan polarizado y cautivo del “que dirán”, es tremendamente satisfactorio haber hecho realidad esta afrenta artística que fue bienvenida por el público caraqueño y que avivó la curiosidad por propuestas creadoras fuera de lo común.
De la misma manera que el punk surgió en la década de los setenta en medio de la crisis, de esta misma forma el arte venezolano actual desde su acrática esencia asume su rol en una apocalíptica realidad, embistiendo contra las élites políticas, económicas, religiosas, mediáticas y todos sus borregos que le representan y que se han lucrado y burlado del dolor y la necesidad de todo un país. En la existencia del artista se agita una reflexión secreta.
Todo artista es un subversivo. Todo artista cuestiona al poder. Pintar, dibujar, escribir, componer, cantar, bailar, recitar y crear es ya un acto de violencia contra la realidad. En el pecho de los escritores, pintores, escultores, músicos, cantantes y artistas habitan varias almas y en ese espacio interior ocurre una arriesgada confrontación.
A través de signos y simbolismos propios y de vivencias exclusivas, cada cual con su imaginario artístico, estético y social va definiendo su existencialismo. Hans Jonas, afirma que la esencia del existencialismo es un dualismo encubierto; una separación profunda entre mundo y naturaleza, separación que genera en el hombre un desgarro cosmológico y existencial. Arte y vida se identifican rompiendo esquemas y convenciones tradicionales.
El inconsciente y su verdad incorruptible se imponen. Antiarte y antirazón. Enfrentar la muerte, el vacío, la nada, enfrentar el dolor, nos ha llevado a una profunda sensibilidad y lucidez. Allí donde huele a mierda, huele a ser (Artaud). El ser no es algo solamente sublime, sino también prosaico y vulgar. Así lo describe en su prólogo manifiesto, Kara Febles, comunicadora social especializada en el área audiovisual, de amplia trayectoria en el sector cultural y educativo, quien lleva a cargo la curaduría intelectual y artística, así como la producción, de esta osadía expositiva.
“He dispuesto todo acá en un orden casi fulminante, buscando el grito existencial de la contracultura en el arte contemporáneo; un camino que nos devuelva el cielo en la tierra. Este pequeño acto de creación espontáneo constituye un mundo más complejo y mucho más revelador que cualquier sistema metafísico. Cada obra está dispuesta como un altar para que sea descubierto en su carácter sagrado, descubrirnos ante ella como una iglesia es un llamado para combatir lo convencional. Una muestra si se quiere agresiva, revelando un mensaje muy humano. Obras que están llenas de poesía, amor, destierro, desgarramiento y vitalidad como la historia, música y estética del punk & post punk y así como el gran imaginario religioso y cultural del existencialismo per sé”.–– Febles Kara
Esta Expo tuvo su epicentro en la prestigiosa Sala RG del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos CELARG en Altamira.
Un Salón de ARTE INDEPENDIENTE de corte conceptual que rastrea las conexiones entre el movimiento artístico-musical-político-estético-filosófico de finales de la década de los 70 como lo fue el punk, y su consecuencia o conclusión, el post punk, con las actuales manifestaciones artísticas en Venezuela, es decir, investiga las huellas de estas transgresoras corrientes contraculturales en el arte contemporáneo nacional, impresas en el eco subversivo y apasionado de su actitud: la confrontación, la provocación, la disidencia, lo contestatario, lo sublevado, lo crítico, pero sobre todo lo no convencional, lo inadecuado, lo sarcástico, lo poético, lo inconveniente, junto al impulso psíquico de lo imaginario.
A 45 años de la eclosión del rábico manifiesto anti sistema llamado PUNK, esta muestra artística marca un hito en nuestra propia realidad social, política y hasta económica, pues aunque han habido alrededor del mundo muestras similares, nunca se había llevado a cabo en nuestro país algo como esto, y menos en el contexto de una crisis profunda que afecta terriblemente a toda la sociedad venezolana.
En este sentido lo resaltante es que la AUTOGESTIÓN, el HAZLO TÚ MISMO y el impulso privado e independiente, jugó un papel preponderante para lograr que esto llegara a concretarse.
Hurgando en las conjunciones y afinidades del arte y la cultura venezolana con el punk/post punk y el existencialismo que los retrata, se exhiben los signos generales del arte rebelde, librepensador y de espíritu inconformista, protagonistas en esta desconcertante muestra que reúne a magníficos artistas y expositores venezolanos y centenar de obras. Por tanto, todo lo expuesto se hace a la luz de frases y textos de grandes escritores del existencialismo de todos los tiempos, y dentro del fuero existencial de esta filosofía, se remembran también a literatos del expresionismo, simbolismo y surrealismo con sus poetas malditos de todos los tiempos; frases que se inclinaban en parte al hermetismo desarrolladas en un modelo de versificación espontáneo, otras, frases provocadoras y renovadoras, alguna de ellas prohibidas en su momento por ser consideradas oscuras e inmorales; frases pertenecientes a la vida trágica de ciertos intelectuales, vidas que fueron retratadas como desiguales respecto a la sociedad y que se asemejan a la que vivieron representantes pioneros del punk y del post punk; en definitiva frases que van dejando su insignia en las paredes de la sala, a manera de interpretar, acompañar, presentir, intuir y valorar cada obra.
De alguna manera se ha ido a buscar en un pasado más remoto la rebeldía de los filósofos de la historia en conexión con la agitación del punk.
Es así como Karina Febles, comunicadora social de amplia trayectoria especializada en el área audiovisual, concibe desde lo absolutamente libre, la curaduría intelectual y artística de esta creación expositiva, haciendo de este acontecimiento inédito en razón de la selección de obras, una gran acción plástica, figurativa y exquisita de incomodidad -con ciertos niveles de frustración– que se circunscribe en lo especial a la realidad venezolana; un gran acción artística de hastío frente al sistema económico, político, social y cultural y sus poderes, y un acto propio de insurrección en contra de la normalidad, una gran acción artística en contra de la levedad, de la inhibición, de la negación del otro, de la indefensión, de la devaluación del bolívar, del hostigamiento económico, del abuso a causa de las posiciones extremistas, de las apariencias, de la truculencia, del engaño y manipulación, de las nuevas formas de enajenación, de lo urgente y de las agobiantes convenciones, pero también un grito existencial que invoca lo independiente, el auto reconocimiento, la fuerza interior y conjura nuevas formas de existir y pensar erigidas desde la defensa flagrante de la diversidad artística y existencial, del libre albedrío, del respeto, de la igualdad de oportunidades y del reconocimiento de la propia oscuridad para la transmutación.
Febles ha ido en busca de las secuelas de ese No future en la cultura y el arte del presente venezolano que traduce nuestro ahora, sus entornos, encrucijadas y anacronismos, pero también de lo que representa conciencia, gnosis, alma, así como valiosas trazas de subversión y el posible florecimiento en el abismo.
Artes plásticas en todos sus rostros, pintura, collage pictórico, dibujo, esculturas, cerámica, artesanía, ensamblajes, mural, instalaciones; fotografías, artes audiovisuales como video clip, videoarte, documentales; arte musical, ambientación in situ, todo aunado a rastros documentales, piezas únicas, literatura, poesía, fanzines, comics, afiches, cassetes, vinilos, colman la sala expositiva en el múltiple espíritu libérrimo, en un recorrido que aborda las temáticas inherentes al punk/post punk.
El arte en sus más insólitas alegorías augura fascinación en el encuentro sobrenatural con la sombra, con la propia oscuridad y los monstruos internos, a partir de la vivencia y concepción de cada artista; es también un encuentro con sus sentimientos estados anímicos y el rol crítico dentro de la sociedad y el sistema.
El contacto con las obras artísticas se vuelve una experiencia catártica, en la que es posible la purificación del grito espiritual, la angustia vital del artista. Artistas plásticos, videoartistas, músicos, fotógrafos, actores, poetas, bailarines a la par de lo sobrehumano son parte de esta cofradía para el disfrute y el re existir desde lo inusual.
Se ha trazado entonces un paralelismo necesario entre las vanguardias artísticas, el existencialismo y el punk y /post punk, todos movimientos caracterizados por una vasta riqueza de pensamientos, miradas y rasgos; en ese parangón con las contraculturas que rodean a la música punk/postpunk y a los aficionados a ella, destacan los outsiders o personas que viven aparte de la sociedad común como los artistas que trabajan fuera del ámbito comercial, como los que hacen música, cine, arte, literatura y trabajos artísticos independientes.
Esta mención sobre estar al margen de ciertas formalidades es importante porque algunos factores de la crisis de los setenta como la insatisfacción, desigualdad, la exclusión y la discriminación, presentes en el nacimiento del punk, siguen vigentes en la actualidad y la creación artística contemporánea así lo demuestra al embestir la realidad y trascenderla; esa construcción desde el arte que busca fórmulas alternativas, demuestra que el punk no ha muerto, y que el post punk al igual que las corrientes subterráneas de la historia y los movimientos contraculturales siguen su épica, siguen su cruzada.
La revuelta artística a contracorriente continúa bajo la égida de El Otro Rock y el lema de Re Existencia Contracultural. SIGUE LA RABIA EXISTENCIAL. SIGUEL EL GRITO EXISTENCIAL. HE AHÍ LA PROBLEMÁTICA EXISTENCIAL DEL HOMBRE CONTEMPORANEO. HAY OTROS MUNDOS, PERO ESTÁN EN ÉSTE. SOLVE ET COAGULA.
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Con los lemas RE-EXISTENCIA CONTRACULTURAL / QUE CHILLEN LOS BORREGOS, se emprendió este inusual evento que causó todo tipo de reacciones en distintos ámbitos de la sociedad. Para abordar lo sucedido, habría que revisar ese laboratorio social y político llamado Venezuela, y sus ficciones construidas a lo largo y ancho en torno a las luchas sociales y las interminables revueltas políticas y debacles económicas. Esta muestra (punk) no fue un simple salón de arte, fue un acto de sedición (tanto así que se llevó a cabo en una institución del estado) donde la crítica al poder y la reflexión del ser humano sobre sí mismo, le otorgó un sentido tan profundo como revelador y definitivamente osado.
La confrontación a la que alude la exposición rápidamente nos hace caer en la cuenta de que las estructuras de dominio siguen operando con otros agentes, medios y nombres. La prolongada crisis producto de décadas de nulo crecimiento económico y desmanes de todos los signos políticos, demuestra que Venezuela y América Latina sigue siendo una distopía, en donde realidad y ficción se entretejen estrechamente para crear una apariencia, un imaginario, una proyección, difícil de abarcar para propios y extraños. Los señalamientos no se hicieron esperar, y es un síntoma de los complejos que venimos arrastrando como sociedad desde hace décadas.
Las crisis producen más arte crítico y provocador, sin embargo, las condiciones materiales de existencia, la producción cultural continúan sujetos a los centros de poder que en nuestro país se reducen a dos estereotipos políticos-partidistas.
Deslastrarse de ello convierte a cualquier individuo en sospechoso habitual, paradójico cuando de los dos lados nos atormentan con esa hipócrita narrativa de “la libertad”. El arte realmente crítico en medio de este bufo teatro político-social se encuentra ahora ante la necesidad de estrategias y medios de combatividad cultural que actúen como contrapeso a los poderes tecnológicos de producción-consumo de símbolos de identificación.
Es indispensable que la práctica artística se traslade a espacios de mayor alcance, dejando de lado la validación del objeto artístico per se, a cambio de un discurso activo y no reactivo.
La crítica desde el arte está ligada a un momento y circunstancia específicos, pero cuando se le separa de estos, el arte pierde su capacidad subversiva y se vuelve parte de un discurso histórico artístico: si hablamos de punk , contracultura y existencialismo, el arte no solamente es producto una posición deliberadamente tomada, es una formación de vida que requiere de educación, inteligencia e iniciativa para alejarse de los discursos previsibles de protesta, maniqueísmos, subterfugios y posturas acomodaticias, para proponer un cambio de consciencia en el presente.
Este es el paso que han dado EL OTRO ROCK y SOFÍA INSOMNIA en ese sentido, un valioso y genuino aporte junto a decenas de artistas de todas las disciplinas que les acompañaron aportando, colaborando, insistiendo y re-existiendo contra toda circunstancia.
Hoy, esta escena underground y contracultural venezolana re-existe, rabiosamente independiente, insobornablemente crítica contra la sociedad del espectáculo y la prédica hegemónica de lo establecido. Decía Ciorán: “El artista de verdad siempre está insatisfecho, no puede aceptar ningún acomodo, no puede hallar paz ni concederla…” Esa otra Caracas se ha materializado transitando el otro sentido de las cosas, es algo para celebrar, un punto de partida que no tiene otra intención que la de trastocarlo todo.