Isla La Blanquilla

Isla La Blanquilla está constituida de piedra caliza, sus arenas son profundamente blancas y tiene aguas azules donde puedes hacer snorkeling

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Isla La Blanquilla es una isla prácticamente inhabitada y virgen,  forma parte de las dependencias federales del territorio venezolano, a unos 311 kilómetros adentrados en la plataforma continental del país,  con 64 kilómetros cuadrados de largo y una anchura máxima de 11 kilómetros.

Este pequeño pedacito de tierra en pleno mar Caribe ha sido escenario de importantes hechos históricos, fue bautizada inicialmente por Cristóbal Colón como Martinet en 1498. En junio de 1680, la isla fue tomada el pirata francés Michel de Grammont junto al  norteamericano Thomas Paine y Wrigth, un pirata inglés de apellido Wright, quienes esperaban invadir Cumaná.

Doscientos años más tarde, Antonio Guzmán Blanco organiza la isla y desaloja súbditos holandeses que la ocupaban, por ley en 1938 comienza a formar parte de las Dependencias Federales.

Está constituida de piedra caliza, sus arenas son profundamente blancas y  aguas azules donde puedes hacer snorkeling, nadar e incluso ver delfines, pequeñas ballenas piloto o golfines, tiburones y rayas gigantes. La Blanquilla representa un lugar espectacular para turistas, y posee corales negros utilizados comúnmente en la artesanía.

La Blanquilla tiene una particular forma de abanico, su territorio más amplio se dirige hacia el noreste,  en sus playas blancas se localiza una Estación Secundaria de Guardacostas de la Armada de Venezuela. Esta maravillosa isla está 292 kilómetros de Caracas y a 90 km al norte de la Isla de Margarita.

No posee servicios básicos, lo que no permite el crecimiento de una población en el sector,  sin embargo, es frecuentada por pescadores y por turistas que llegan por sus veleros o a través de la pista de aterrizaje construida al este de la isla.

Isla La Blanquilla posee formaciones naturales deslumbrantes, como paredes de roca y puentes naturales así como coralinas que  por su imponente tamaño sobresalen a la superficie del agua, un lugar bien escondido pero que forma parte de los paraísos venezolanos.