Ir al Parque Nacional Los Roques, es uno de esos regalos que toda persona debería darse. Si bien, Venezuela es reconocida mundialmente por sus diversos atractivos turísticos, en Los Roques encontramos un paisaje sin igual. Hoy en Noticias.com.ve conoceremos en detalle una de sus islas.
Considerada una de las playas más perfectas del Caribe gracias a su belleza y soledad, Cayo de agua. Ubicado al norte de Venezuela, en el extremo oeste del archipiélago, por el norte limita con los cayos de Puntas de Cocos, Pelona de Cayo de agua, Bequevé y Selesquí, y por el sureste se encuentran los Cayos Dos Mosquises.
Su nombre tiene origen en el hecho de tener pozos de agua dulce dentro de él. La belleza incomparable de sus blancas arenas, aunado al colorido de las aves que se pueden encontrar en sus alrededores hacen de esta, la mejor playa que se conozca en Venezuela y el mundo, pues posee el séptimo puesto entre las 10 mejores playas del planeta.
Esta sorprendente maravilla natural, se encuentra a una hora en lancha desde el gran roque, pueblo donde residen sus habitantes y están ubicadas las posadas para todo aquel que llegue al archipiélago desde el aeropuerto de Maiquetía en Caracas, donde se toman las avionetas que nos llevan en tan solo 45 minutos al aeropuerto de Los Roques. Está conformada por una franja que une a través del mar grandes bancos de arena, ofreciendo un espectáculo que asemeja un puente sobre el mar. Sus mágicas y transparentes aguas, hacen de este cayo uno de los mejores lugares para la práctica de deportes acuáticos. En él, se encuentran las barreras coralinas más conservadas a nivel mundial, razón por la que al visitarlo deberías practicar buceo y windsurf, pues vas a disfrutar como nunca entre esas aguas y todo lo que se esconde debajo de ellas.
Con azules nunca vistos.
Cuando visite esta playa, estará seguro que jamás había visto tonos azules como esos, es que “Cayo de Agua” es un lugar paradisíaco. Cuando sube la marea el agua sobre su popular franja de arena puede llegar a elevarse un poco o inclusive llegar hasta la cintura convirtiéndose en una piscina de agua en pleno mar, donde las transparentes aguas permiten contemplar el suelo marino. Sus blancas arenas y la falta de palmeras y vegetación hacen sentir aún más fuerte los rayos del sol, que desde temprano resalta la gama de colores que se nos presenta ante los ojos.
Es en el agua donde la inmensa riqueza se vuelve evidente, pues se encuentran 280 especies de peces, más de 200 especies de crustáceos, 140 especies de moluscos, 61 especies de corales, 60 especies de esponjas y 45 especies de erizos y estrellas de mar. Además, en este territorio anidan cuatro tipos de tortugas que están en la lista de especies amenazadas a nivel mundial: tortuga cabezona o caguama, tortuga verde o blanca, tortuga laúd o cardón y la famosa tortuga carey.
La flora se resume en varias especies de mangle, extensas praderas de fanerógamas marinas, especies halófitas como hierba de vidrio, verdolaga roja o campanilla de playa, cactus como la tuna y el buche o melón.
Visitar Cayo de Agua, es disfrutar de la belleza escénica que ofrece su singular geografía, ya sea caminando en la arena, tomando fotografías o simplemente descansando. No existe fecha ideal para viajar a este paraíso, ya que en cualquier fecha del año el disfrute es el mismo, sin embargo, la época en que el sol alcanza su total esplendor, corresponde a los meses de julio y agosto, temporada donde también hay mayor afluencia de turistas. Si por el contrario, se desea disfrutar de la mayor tranquilidad posible, las fechas ideales son los meses de enero y febrero, temporada baja de turismo en Los Roques.
Para ir Cayo de Agua es importante estar bien equipado, pues en esta playa no hay presencia de restaurantes o vendedores ya que es un paraíso casi virgen, en la mayoría de los casos los viajeros cuentan con un todo incluido de comida desde sus posadas, pero en caso de ir sin este servicio entonces se debe tener presente la comida, así como también el uso del protector solar, pues como mencionamos sus blancas arenas reflejan fuertemente los rayos del sol, quemando aún más rápido nuestra piel.
Por: Néstor da Costa.