Este lunes, la empresa surcoreana de tecnología Samsung Electronics anunció la suspensión total de la fabricación de la Galaxy Note 7 por el reporte de ocho nuevos dispositivos incendiados por el recalentamiento de batería.
El relanzamiento del más reciente artefacto de Samsung estaba pautado para el 28 de Octubre de este año, sin embargo, reguladores de Estados Unidos, Australia, Corea del Sur y China prohibieron la comercialización del Galaxy Note al no haber sido reparada la avería.
Los nuevos dispositivos que debían reemplazar los Galaxy Note 7 presentaron una peligrosa falla en el sistema de la batería que ocasionaba nuevos incendios en el teléfono tableta demostrando que la falla no había sido solucionada.
El pasado 19 de agosto, Samsung lanzó al mercado su nueva Galaxy Note 7 pero no pasó mucho tiempo hasta que se suspendiera provisionalmente la venta del producto y se retiraran al menos dos millones y medio de unidades que poseían la falla de recalentamiento.
Desde que inició la crisis con el incendio de los dispositivos, la compañía surcoreana ha perdido al menos 800 millones de dólares mientras que los parques asiáticos anuncian un desplome en las acciones de Samsung que podrían agravar aún más el estado de la empresa.
Pero el problema de Samsung se extiende fuera del ámbito del producto, las mayores quejas han sido relacionadas con su servicio técnico que no ha realizado un seguimiento a los usuarios con fallas en su sistema de funcionamiento, además de los 800 euros invertidos por los compradores para adquirir los Galaxy Note 7 que no serán reembolsados.
