La semana pasada el fundador de Space X, Elon Musk reveló sus planes para colonizar Marte con la construcción del cohete más grande de la historia Interplanetary Transport System (ITS), una nave de 177 metros que sería creada para transportar entre 100 y 200 personas hasta el planeta rojo.
Musk planea desafiar al modelo más grande de transporte espacial hasta ahora construido, el Saturn V de la NASA con 110.6 metros de altura, 10 metros de diámetro y un peso de 3000 toneladas, un modelo que retó a la tecnología espacial de la época al ser capaz de llevar a la misión Apollo 6 y 13 fuera de la órbita terrestre.
Musk planea desafiar al modelo más grande de transporte espacial hasta ahora construido, el Saturn V de la NASA con 110.6 metros de altura.
Pero el plan revelado por Musk durante el International Astronaut Congress en Guadalajara, México contempla una serie de especificaciones que aún resultan polémicas como el uso de bombas nucleares para hacer de la temperatura marciana más cálida para la supervivencia de la vida humana.
¿Estaría bien colonizar Marte?
Asimismo, surgen muchas preguntas en torno a cuestiones éticas y legales sobre la “colonización” de marte sobre todo en cuanto al aspecto de la soberanía de este territorio y cómo los humanos podrían violentar su condición así como los trámites en cuánto al estado judicial de las personas que viajan al planeta (turista, trabajador o residente).
Aunque el plan de Elon Musk resulta tanto abrumador como visionario, su proyecto estaría supeditado a la Administración Federal de la Aviación que posee la jurisdicción de toda nave estadounidense que desee llegar o salir de la órbita terrestre.
En caso de hacerse tecnológica y legalmente posible el viaje a Marte, cada viajero tendría que pagar 10.000 millones de dólares por su lugar en el Interplanetary Transpor System un monto que Musk desea bajar a 200.000 dólares por persona.
La nave iniciaría su viaje espacial utilizando la energía de dos paneles solares que le suministrarían 200.000W para la travesía hasta ir desacelerando en un aterrizaje sobre la superficie marciana. Durante la primera fase, su transbordador regresaría al suelo terrestre en un tiempo de 20 minutos para regresar con combustible a la nave (Musk también planea crear un combustible desde marte).
Aunque el plan suena un poco fantasioso y lo más expertos creen que Musk no logrará cumplirlo, quienes conocen de la materia creen que estos planes generan grandes aportes para el desarrollo de tecnologías en exploración espacial.
Autora: Katiusa Casanova
