La empresa farmacéutica estadounidense Pfizer ha prohibido el uso de sus medicamentos para realizar ejecuciones por pena capital, decisión que dificultará las muertes por inyección letal en las prisiones de los Estados Unidos.
“No con mis drogas” ha sido el lema de Pfizer al iniciar su control para impedir que personas mueran al ser suministradas con sus fármacos, el laboratorio estadounidense también ha expresado que sus medicamentos son para salvar vidas.
Pfizer era la última compañía occidental que suministraba medicamentos para ejecuciones de pena capital en las prisiones de los Estados Unidos. Desde hace cinco años 20 farmacéuticas europeas y estadounidenses han bloqueado el uso de sus productos para este tipo de propósitos.
Los estados donde aún está vigente la pena capital como Utah, Tennessee y Oklahoma se han visto impedidos ante la medida de las farmaceúticas para frenar el suministro de cócteles mortales, las prisiones de estas zonas han detenido las ejecuciones de forma indefinida por encontrar los medicamentos, mientras que otras han optado por otras técnicas de ejecución.
Pfizer publicó una lista con los siete componentes como el propofol (Anestésico de corta duración), el bromuro de pancuronio(sustancia que paraliza todos los músculos excepto por el corazón) y el cloruro de potasio (elemento que detiene el corazón y causa la muerte) que ahora serán distribuidos de forma restringida a un grupo selecto y exclusivo de mayoristas bajo la estricta condición de que no sean vendidos para inyecciones letales.
Anteriormente en 2010, Estados Unidos también atravesó por una situación similar ante la escasez de medicamentos para la ejecución legal de los presos, así como anestésicos para aplicar antes de la inyección letal de cloruro de potasio y bromuro de pancuronio, que minimizan el sufrimiento de la persona condenada a la pena de muerte.
Las prisiones en Estados Unidos donde se aplica la pena de muerte han sido fuertemente criticadas, debido a que al no poseer estos medicamentos mortales han combinado componentes y fármacos no autorizados que han ocasionado reacciones como convulsiones y efectos anormales en las personas presas condenadas a la pena capital.