En unos aproximadamente 50 años un modelo de sable de luz podría ser posible con tecnologías que conocemos y cuyo propósito sería crear un dispositivo con características iguales o similares a las que se muestran en universo de Star Wars, asegura Michio Kaku, un reconocido físico teórico estadounidense que propuso el invento.
De ser posible el desarrollo de este artefacto, su principal problema sería que estaríamos hablando de un poderoso láser cuya luz pueda solidificarse y detenerse a cierta distancia. Esto sin mencionar, que el mango del sable debe generar la energía suficiente como para originar el mortal rayo de luz y además estar hecho de un material que pueda soportar las altas temperaturas creadas por tal energía.
El concepto se basa en un mango que contiene un ventilador de titanio en la base que cuando sea activado, 100 metros cúbicos de aire por segundo serán succionados dentro del dispositivo. Una vez dentro, el aire será calentado y procesado para crear un plasma de 12.000 grados Celsius que circulará por la estructura de cerámica tubular.
Con este diseño conceptual, tendríamos, en teoría, un arma portable, poderosa, práctica, llamativa y atractiva para un futuro no tan lejano, la cual podría sostener batallas con luces que en primer lugar no colisionarían, serían invisibles, silenciosas y además su hoja, tan poderosa como la energía del sol, sería tan larga como un infinito rayo de luz.