Investigadores de la Universidad Tecnológica de Queensland han desarrollado un proyecto que podría ayudar a niños nacidos con deformidades del oído creando implantes de oreja a través de una impresora 3D.
Las malformaciones en la parte externa del oído ocurren frecuentemente durante el proceso de formación fetal, el pabellón auricular u oreja se forma al mismo tiempo que otros órganos y regiones como riñones, huesos del rostro, cráneo y nervio facial, por tal motivo, estas deformidades podrían estar asociadas a problemas internos del oído.
Aún no se ha descubierto una vinculación segura entre los factores hereditarios y las deformidades del oído, tampoco se conocen los genes que las provocan, sin embargo, ha podido descubrirse que el gen de ciertos trastornos similares como el síndrome de Goldenhar que afecta el desarrollo del cráneo, la nariz, el paladar suave y la mandíbula.
El proyecto liderado por Mia Woodruff, profesora de la Universidad Tecnológica de Queensland contempla dos fases, una que ya está en curso y se dirige a solucionar el problema de forma superficial a través de la creación de un implante de oreja elaborado en silicón que puede ser adherido al paciente con pegamento quirúrgico.
La segunda fase es un tanto más complicada y corresponde a una solución a largo plazo, los investigadores quieren crear toda una estructura a partir de las células madre de una de sus pacientes, maia, una niña de dos años que nació con Microtia, una deformidad en el oido externo.
Partiendo de estas células se planea crear un órgano para cultivar en un biorreactor que será fijado quirúrgicamente con otras tecnologías auditivas, todo esto permitirá que la oreja crezca y se convierta en un órgano con vida propia.
Si se comprueba la utilidad de este tipo de impresoras 3D podrían desarrollarse otros tipos de prótesis, pero por lo pronto, se espera que estos implantes no sean de altos costos y entren al mercado en los próximos dos años.