Galipán es como un tesoro de calma en las cercanías de una ciudad como Caracas, donde el ritmo de vida es tan acelerado que ni el tráfico o los retrasos del metro pueden detener. Pero basta subir la mirada a la montaña para encontrar el contraste, y precisamente allí se encuentra este poblado.
Pero Galipán tiene cierta belleza que no estaría completa sin sus flores, una obra de la naturaleza que es capaz de extender ese aire galipanero hasta las calles de la ciudad, y es que recae en ellas tal reconocimiento que fueron declaradas Patrimonio Cultural de Caracas en 1997.
En Caracas sueles conseguirlas por tradición en El Mercado de las Flores, sitio que también se convirtió en patrimonio cultural por ser el sitio donde los floricultures de Galipán dejaban las maravillas de la montaña.
El cultivo de las Flores es cultura y sello de Galipán, siempre ha sido así.
De hecho uno de sus floricultores se construyó de los personajes de Caracas como lo fue Pacheco, un vendedor de flores que bajaba de la montaña en diciembre y su llegada se asociaba al frío navideño. De ahí, la popular frase “Llegó Pacheco”.
Los primeros cultivadores de flores galipaneros fueron Félix Díaz, Rosalio Sanz, Reyes Noriega, Félix Mejías, Jesús González y Amalio Méndez (El músico). Ernesto Díaz, hijo de Félix Díaz, uno de los fundadores y Oswaldo Laffont, el segundo con más tiempo en el mercado aún están en el mercado
El renacer de las flores (1999)
Sin embargo, los cultivos tuvieron que buscar renacer luego del deslave de 1999 donde las tierras quedaron devastadas. Ahora enfrentan también otras dificultades como por ejemplo la competencia con flores traídas de otros sitios del país.
Las flores galipaneras siempre serán parte de esa paz albergada en las montañas de la capital .