El pasado miércoles 29 de junio, Venezuela perdió uno de sus más grandes tesoros de la música, el maestro Inocente Carreño cuya luz se encendió en la ciudad de Porlamar en noviembre de 1928, donde los cuentos y leyendas de su abuela avivaron la pasión por la música propia de la isla.
De la cabeza y el corazón del maestro Carreño salieron piezas que se convirtieron en iconos de la música venezolana, una de las más populares y aclamadas sería La Margariteña, compuesta luego de obtener su diploma, en la Escuela de Música y Declamación de Caracas.
Si aún no has escuchado La Margariteña, te estás perdiendo de una de las más hermosas piezas musicales compuestas en la historia (Sí, en la historia), con la intensidad del tema que mueve las sensibilidades con cada nota interpretada, un sonido que al cerrar los ojos te lleva de viaje a otros lugares.
Aquí te dejamos la interpretación dirigida por Gustavo Dudamel>>
http://https://www.youtube.com/watch?v=LCoC0cyyPFw
La Margariteña ha sido objeto de estudio por los los miembros del sistema de orquestas a lo largo del tiempo, pero también un legado de Venezuela al mundo, pues reconocidos directores ha llevado esta pieza a otras latitudes.
La obra del maestro carreño continuó con una serie de piezas como Gota de Breve Rocío, Ha salido el sol, Oye esta cosita, merengue, El chicle, merengue, Noche macuteña, vals, Mañanita pueblerina, vals, Cuando el amor volvió, Coquivacoa,Tacarigua, Himno del Liceo Fermín Toro, Hasta cuándo, Sueño realizado,Noche de San Juan, aire barloventeño, Golondrina de mi canción, El Molino, Canción de cuna, Nocturno, y otros temas.
“La Ciudad de los Techos Rojos”, fue otra de sus piezas más recordadas e interpretadas a nivel nacional, de hecho, esta junto con La Margariteña” son parte del aprendizaje inicial y necesario en todo música venezolano.
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