El 12 de octubre de 1492 Rodrigo de Triana divisó el continente americano por primera vez y gritó: ¡Tierra! guiando las tres embarcaciones de Cristóbal Colón en el “nuevo mundo”, hoy día, medio siglo más tarde existen diferentes visiones sobre lo ocurrido aquel día de octubre.
Todos sabemos la historia del encuentro entre Europa y América, allí lamentablemente los pobladores de nuestras tierras fueron abusados pero también innegablemente la naturaleza de nuestras latitudes no abandonó a los españoles, ninguno de ellos terminó siendo el mismo luego de esta convergencia que siempre será un hito en las eras de la humanidad.
Parte de lo que somos ahora, para bien o para mal es producto de esa mezcla en la que, con el paso del tiempo, ambas culturas se mezclaron para dar lugar al sentir latinoamericano que tenemos hoy día, con todos sus detalles y sus contradicciones.
Esos paradigmas construidos debido a esta mezcla por más violenta que hay sido, aún permanecen en nuestro inconsciente colectivo, autores como Axel Capriles atribuyen rasgos propios de la cultura como por ejemplo, la “viveza criolla del venezolano” a una herencia dejada por los primeros colonizadores, después de todo quienes vinieron a poblar América del Sur, eran presos y maleantes españoles.
Pero más allá de esas atributos negativos que de alguna forma han marcado nuestra cultura, somos un pueblo latinoamericano lleno de variedad y diversidad, ¡Eso somos! Un montón de diferencias que consiguen la forma de unirse para crear un pueblo con sangre caliente pero también emprendedor y con un largo camino a transitar.
El Día de la Raza/ Resistencia Indígena nos recuerda nuestras raíces y nos abre una nueva óptica al tener la posibilidad de revaluar las consecuencias del trágico pasado pero también redimir los viejos vicios para alcanzar una sociedad más integra y trabajadora.