Bacalao Men nos trae ahora un disco donde resalta aquello que ha marcado a los venezolanos, la pésima gestión de políticos sin escrúpulos. Pero como siempre, dentro de su pachanga inteligente, podemos encontrar desgarradores boleros psicodélicos y hasta un acostumbrado y recurrente diálogo con temas que rayan en lo espiritual y contemplativo.
Nació en Caracas en 1999, cuando Pablo Estacio le propuso a dos amigos músicos, formar una banda. El grupo comenzó con Sebastián Araujo en la batería, Aurelio Martínez en el saxo y Pablo Estacio en el bajo y voces.
Entre las primeras sesiones de práctica, la estructura musical y atmósfera que iba a dar Bacalao Men su esencia, comenzaron a surgir junto a sus líricas inteligentes, ritmos afrolatinos y toques de funk, hip hop y electrónica. Luego la agrupación se enriqueció con la llegada de Alfonso González (DJ Hernia) y Vladimir Rivero como percusionista.
Con sus nuevos miembros y repertorio realmente original, Bacalao Men dio inicio a sus primeros conciertos en diferentes lugares de Caracas y todo el interior de Venezuela, despertando rápidamente el interés de la gente por su sonido indiscutiblemente nuevo pero familiar.
Con la participación de Horacio Blanco (Desorden Público) en el tema “Esto no es Wachi Wachi”, una cumbia con un toque de rock steady que promete ser un segundo sencillo obligado.
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Destaca también un arreglo del tema “Mi Querencia” original de Simón Díaz, con la participación del percusionista Yoel “Pibo” Márquez y Víctor Mestas en el piano. En su ruta mayamera encontramos a un Pablo Estacio, coqueteando con su inglés machucao en la canción “The Star”, junto a la actriz y cantante Brigitte Kal