Muere Elie Wiesel, rostro de la memoria del Holocausto y nobel de la paz

Wiesel era de nacionalidad rumana, a sus 16 años fue capturado por los nazis y llevado a los campos de concentración de Auschwitz y Buchenwald

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Muere Elie Wiesel, rostro de la memoria del Holocausto y nobel de la paz

 Elie Wiesel quién fue defensor de los derechos humanos,  premio nobel de la paz en 1986 y sobreviviente del holocausto judío, falleció este sábado 2 de julio en su casa de Nueva York  a los 87 años de edad, según informaron varias fuentes en Israel y Estados Unidos.

Wiesel era de nacionalidad rumana, a sus 16 años fue capturado por los nazis y llevado a los campos de concentración de Auschwitz y Buchenwald, siendo liberado por las fuerzas aliadas el 11 de abril de 1945, la experiencia le motivó a contar durante toda su vida los horrores vividos en los campos donde perdió a su padre, madre y hermana menor para evitar que se repita en la historia.

Wiesel escribió 47 libros, cuatro de ellos se dedicaron a describir el holocausto sufrido por los judíos durante la segunda guerra mundial.  La noche, El alba y El día son parte de sus obra más reconocida bajo el título de  Trilogía de la noche, sin embargo, le costó diez años poder hablar sobre el holocausto nuevamente.

Aunque perdió parte de su familia, Wiesel  y sus dos hermanas mayores sobrevivieron y fueron  liberados del campo de Buchenwald,  luego de esto, se dirigió a París para estudiar en la Universidad de Sorbona y posteriormente dedicarse al periodismo.

Elie Wiesel fue conocido como el rostro de la memoria del Holocausto, se destacó como defensor del pueblo judío e israelí por lo que Israel le otorgó un reconocimiento especial, a nivel mundial fue reconocido por su aporte para la paz, para recordarle en su fallecimiento citamos su discurso dado luego de recibir el nobel de la paz en 1986:

“Lo recuerdo: sucedió ayer, o hace una eternidad. Un joven chico judío descubrió el Reino de la Noche. Recuerdo su desconcierto, recuerdo su angustia. Todo sucedió tan deprisa. El gueto. La deportación. El vagón de ganado sellado. El altar ardiente donde la historia de nuestra gente y el futuro de la humanidad habrían de ser sacrificados. Recuerdo que preguntó a su padre: ‘¿Puede ser esto verdad? Esto es el siglo XX, no la Edad Media. ¿Quién puede permitir que se cometan crímenes así? ¿Cómo puede el mundo permanecer en silencio? Y ahora ese chico me mira a mí. ‘Dime’, pregunta, ‘¿qué has hecho con mi futuro, qué has hecho con tu vida? Y yo le digo que lo he intentado. Que he intentado mantener la memoria viva, que he intentado luchar contra aquellos que olvidan. Porque si olvidamos, somos culpables, somos cómplices”.

 Fuente: Univisión/ElPaís

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