La temporada de Juegos Olímpicos siempre es más que una cita deportiva que se nos convoca cada cuatro años, convirtiéndose en un espacio para el intercambio cultural, tecnológico y por qué no, también para la viralidad de historias y momentos íconos de los juegos.
Si alguien tuvo unas buenas olimpiadas ese fue Michael Phelps, coronandose como el mayor ganador de medallas en toda la historia de estos juegos que data de más de dos mil años, un récord que había mantenido Leonidas de Rhoda por dos milenios, sin embargo uno de sus momentos de concentración se viralizó a través de las redes por su peculiar expresión.
Pero aparte de su gran hazaña, una imagen de Phelps concentrándose como rutina previa a una competencia fue probablemente uno de los momentos más comentados, así como el encuentro con Joseph Schooling quien de niño fue uno de sus seguidores y logró ganarle el Oro en los 100 metros de Mariposa.
El nadador Ryan Lochte fue el centro de las miradas incluso hasta el momento de su partida de Río, el estadounidense y otros atletas fueron desmentidos por las autoridades brasileñas al revelar un vídeo donde Lochte junto con otros agredían propiedad privada y fueron apuntados por un oficial, una versión muy diferente a la contada por el oro olímpico quien aseguró que fue víctima de un robo y posteriormente tuvo que disculparse y desmentir la información.
Las caídas, accidentes y fracturas se viralizaron a través de las redes sociales en unas Olimpiadas suficientemente multimedia.
El encuentro de culturas diferentes como el partido de volleyball entre Egipto y Alemania, donde los contrastes de vestimentas se hicieron icónicos, así como la fotografía legendaria entre las gimnastas de Corea del Norte y Corea del Sur.
Todos estos momentos, más allá de los momentos de humor y de caídas, estas competiciones han hecho que los Juegos Olímpicos en Río una de las citas deportivas más comentadas y a la vez más significativas en intercambio cultural.