El pueblo griego ha manifestado en la ciudad de Atenas durante el pasado domingo para mostrar su desacuerdo a las reformas fiscales y pensiones que serán votadas por el parlamento para poder cumplir con los compromisos adquiridos con sus acreedores internacionales durante la crisis.
La decisión de recorte presupuestario ha generado un rechazo en el pueblo griego que se ha reunido ante la sede del poder legislativo para desaprobar las nuevas medidas económicas, sin embargo, la reunión pacífica ha culminado con protestas violentas en la capital helénica, donde un grupo lanzó bombas incendiarias, sillas y tablas de madera a la policía antimotines.
Otra de las manifestaciones de calle se produjo en la ciudad de Tesalónica donde también se terminó de forma abrupta con el lanzamiento de bombas incendiarias contra los policías en las oficinas locales del partido gobernante Syriza (coalición de la izquierda radical), la situación fue enfrentada por los organismos policiales con gases lacrimógenos y persecusión a los manifestantes.
La propuesta ha sido reprochada debido a las condiciones que viven los griegos al no tener seguridad social, sanidad, salarios dignos o trabajo, así también estos recortes de salarios y pensiones generan incertidumbre debido al bajo poder adquisitivo que poseen familias al no poder cubrir sus necesidades básicas.
A pesar de esto el gobierno de Alexis Tsipras insiste en el proyecto de ley para responder a las exigencias del tercer rescate financiero de Grecia, se espera que esta reforma se produzca durante la madrugada del domingo.
A la tensa situación se suma la decisión de gremios de ingenieros, periodistas y médicos de expulsar a legisladores miembros de las mismas en caso de votar a favor de este proyecto de ley, Alexis Tsipras entraría dentro de estas sanciones al ser miembro de la asociación de ingenieros.
Las polémicas medidas que han causado manifestaciones en Atenas permitirán a Grecia recibir su tercer rescate económico por una cantidad de 86.000 millones de euros.