La fiscalía de Sao Paulo ha exigido el arresto del ex presidente Lula da Silva por lavado de dinero y obstrucción de la justicia. Su esposa Letícia Lula da Silva, también ha sido vinculada al caso, por no declararse como verdaderos propietarios de un penthouse de lujo en la playa de Guarujá.
De acuerdo con la solicitud del órgano legal, Lula da Silva podría fugarse fácilmente del país por lo que debería ser puesto en custodia preventiva para desarrollar las investigaciones que le involucran con lavado de dinero y ocultación de patrimonio.
Lula ha negado todas las acusaciones y ha explicado que todo se trata de una acusación de corte política en vista de empañar su reputación debido a que podría estar aspirando a la presidencia en 2018. Su compañera política y actual presidenta de Brasil, Dilma Rousseff ha mostrado su apoyo.
Rousseff ha tildado como “abuso” el interrogatorio realizado al ex presidente la semana pasada, ante esto la fiscalía ha denunciado que la dirigente protege a Lula y no permite que se de el procedimiento como a un ciudadano normal.
En el caso se han vinculado otras 15 personas por evasión de cargos. El polémico inmueble es un apartamento lujoso de tres pisos, cuya propiedad está a nombre de OAS, una de las constructoras más grandes del país. Aunque Lula siempre ha negado esta posesión, si las pruebas son ciertas, revelarían que recibió ganancias ilícitas .
La exigencia de la fiscalía será analizada y procesada por un juez penal de la región de Sao Paulo, sin embargo, será un tanto complicado porque el funcionario no tiene plazo definido para pronunciarse en favor o en contra de la solicitud.
Luis Ignacio Lula da Silva fue presidente de 2003 a 2011 en Brasil, el popular líder obrero y sindicalista, fue sucedido por Dilma Rousseff. Todas estas declaraciones y polémicas continúan socavando la presidencia de Rousseff, de confirmarse los cargos contra Lula, expertos afirman que este será la viva evidencia de la pérdida de poder de la mandataria.