Con 61 votos a favor de la destitución y 20 en contra en el congreso, Dilma Rousseff despide su cargo como presidenta de Brasil tras el proceso iniciado hace ocho meses y 17 días que culminó este miércoles con el juicio final por parte del senado Michel Temer asumirá el cargo hasta 2018.
Durante su intervención de 13 horas en la sesión del lunes, Rousseff negó todos los cargos de los que se le acusaba mientras que su defensa argumentó que las acusaciones no eran totalmente contundentes como para apartarla de la presidencia.
Pero la primera mujer presidenta de Brasil no logró convencer al senado como apuntaban los pronósticos, ahora su bando político Partido dos Trabalhadores (PT) pierde trece años de continuidad en el poder iniciados por quien fue su mentor político Luiz Inácio Lula Da Silva.
La contraparte del partido de Dilma, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño ahora asumirá el poder hasta 2018 con Michel Temer, líder que fue presidente del gobierno en el período de coalición que finalmente llevó a Rousseff a la presidencia, un partido opositor que nunca postuló candidatos manteniéndose al margen por más de una década.
La ex presidenta se refirió a la decisión del congreso como un golpe de estado por el senado “Decidieron por la interrupción del mandato de una presidenta que no cometió crimen. Condenaron una inocente y consumaron un golpe de Estado”
A Rousseff se le juzgó por su mala gestión de gobierno que llevó a Brasil a la peor recesión económica en los últimos 80 años, donde la inflación alcanzó un 7% y el PIB descendió a más del 3% en lo que va de año. Todo esto también implicó una caída en la popularidad de la mandataria.
