El plebiscito de este 2 de octubre sobre la aceptación del acuerdo de paz entre Colombia y las FARC culminó con la victoria del No con un 50.23% frente a un 49.7% que votó por la opción del sí en esta decisiva conducta electoral.
Aunque se esperaba que el plebiscito completará el acuerdo de paz fruto de cuatro años de negociaciones en La Habana, la mayoría (por poco, pero mayoría) del pueblo colombiano se mostró en contra de los términos del tratado entre ambos bandos.
El resultado que no había sido previsto por las encuestas de una forma tan certera tiene diferentes lecturas que forman parte de la sociedad colombiana: una de ellas, es que el pueblo de Colombia quiere condiciones más justas ante la violencia vivida durante tantos años en el país y la otra un tanto más desalentadora: que existe una polarización profunda en el país.
Asimismo, la victoria del No con un 50.23% podría significar que el ambiente podría no estar listo para la paz aún y con una negativa tan alta resulta difícil construir una paz sin el consentimiento de los colombianos.
Pero no todo está perdido, la voluntad electoral debería ser interpretada como un llamado de atención sobre un tema en específico que no puede ser ignorado por tratarse de una población que ha sufrido lo más fuerte de la guerra.
FARC planean continuar con diálogo de paz
Sin embargo, la dirigencia de las FARC en voz de Timochenko expresaron que no se rendirán hasta alcanzar la paz para Colombia manteniendo su promesa de continuar diálogos y de abandonar las armas siendo esto un indicador esperanzador sobre la resolución del conflicto armado.
Aún queda camino por recorrer por la paz pero sí algo no puede ser ignorado es la necesidad de justicia que el pueblo colombiano anhela y que tendrá que conseguir de la mano de un perdón no forzado construyendo un país donde ambas opiniones convergen.