Irak sufre la peor masacre en lo que va de año luego del atentado yihadista en la ciudad de Bagdad donde 140 personas fallecieron y 155 resultaron heridas por una explosión de carro bomba en Karrada, un barrio chií y en una comunidad mayormente cristiana durante la celebración del final del Ramadán.
El Estado Islámico se atribuyó la culpabilidad del ataque en la capital iraquí, a escasos días de haber perpetrado un mortal atentado en un aeropuerto de Turquía donde 42 personas murieron y 283 sufrieron graves lesiones.
El atentado ocurrió durante la madrugada del domingo en las cercanías de un centro comercial, la mayoría de víctimas se encontraba reunida compartiendo helados mientras veían los partidos de la Eurocopa, este ataque sucede a pocos días de que los yihadistas perdieran parte su territorio ante el avance del Ejército iraquí en varias ciudades.
El Barrio de Karrada, donde ocurrió el ataque yihadista, suele ser un lugar frecuentado para realizar compras, pero hoy contaría con mayor afluencia de personas al tratarse de la culminación de la fiesta del Ramadán, evento que los terroristas aprovecharían para explotar a uno de sus militantes.
El primer ministro Haider Al Abadi prometió castigar a los responsables del ataque pero fue abucheado por los miembros de la comunidad quienes expresaron que la labor gubernamental ha sido incapaz de detener los atentados en el país.
El último ataque se registró el 17 de mayo en la misma ciudad de Bagdad donde el saldo final de víctimas implicó 50 muertos y más de 100 heridos.
Los iraquíes en esta zona han protestado por las fallas de seguridad del estado que han permitido estos atentados, expresando que la verificación de los documentos de identidad y de los vehículos no posee los correctos procedimientos para prevenir las masacres de este tipo.
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